Si piensas en cualquier packaging, independientemente de formato, colores, tipografías o etiquetas, seguro que tarde o temprano te viene a la cabeza la información suministrada: nombre, composición, forma de preparación y consumo, fabricante… estos datos son fundamentales a la hora de determinar la elección entre un producto u otro, pero hoy en día existen otras formas de comunicación que se valen de las nuevas tecnologías para ofrecer una experiencia más cercana y completa: es el caso de los códigos QR para el packaging conectado.
Un simple código QR puede ser la llave para ofrecer algo más en tu producto. Basta con imprimirlo sobre el packaging y que el consumidor apunte con la cámara de su móvil para abrir las puertas a una experiencia personal, información adicional, juegos o concursos que mejoren y amplíen la interacción con tus clientes incluso después de su adquisición.
Pero ojo porque este packaging conectado esconde otro as en la manga: la comunicación bidireccional. Porque a partir de ese código QR es posible recopilar datos de primera mano, permitiendo así un feedback directo y por tanto, un amplio margen de mejora de cómo llega nuestro producto al consumidor.
Y si pensamos en el futuro, cabe esperar que muchas etiquetas diferentes que pueden confundir acaben transformándose para leerse a través del QR, sobrepasando los límites inherentes a una etiqueta clásica, como puede ser la extensión o el formato: el destino de QR puede llevarle a un cuidado texto con recomendaciones, infogramas, tutorales, vídeos… así, piensa en las oportunidades que ofrece a nivel de seguimiento y trazabilidad, tanto para consumidores como durante la fase logística.
Todo esto llega a través de un gesto tan sencillo, consolidado y al alcance de cualquiera (incluso pequeños productores) como la impresión en la etiqueta, una forma asequible en todos los sentidos de digitalizarse. Consulta a tu empresa de packaging sobre cómo puede ayudarte en la digitalización de tu packaging.
Portada | Foto de sentidos humanos en Unsplash
