Hace unas semanas os contábamos que el papel y el cartón son los envases más usados dentro del sector del packaging. Del papel y el cartón destaca su resistencia, versatilidad y durabilidad, sin embargo no son los únicos: la ciencia de materiales avanza a pasos agigantados y a día de hoy hay materiales para todos los gustos y diseños. Si hay un material capaz de plantarle cara al papel y el cartón, esa es el plástico en general, con el PET, el PEF y el PVC a la cabeza.
Hay muchos tipos de plásticos y cada uno tiene una serie de propiedades que lo hacen óptimo para un uso u otro. Así que la pregunta es clara: ¿qué plástico usar para cada tipo de packaging? Sin ir más lejos, en nuestro blog ya os hemos hablado largo y tendido de los más populares, realizando una comparativa de plásticos como el PET vs PEF o el PET vs PVC. Parece claro que cada uno presenta sus ventajas e inconvenientes, así como una funcionalidad más idónea que otra, si bien el PET sea probablemente el más popular hoy en día.
Precisamente uno de sus usos más polémicos es el de la alimentación y bebidas, algo que a muchos despierta cierta preocupación. Nada más lejos de la realidad: existe un gran control a través de normativa y legislación rigurosa que vela por la salud del consumidor. Sí, el reglamento de plásticos para alimentación tiene en cuenta aspectos ambientales y de salubridad para que los usuarios estén tranquilo. Y es que los plásticos son una alternativa novedosa y segura de packaging para alimentación y conservas .
Así que si ves un envase de packaging plástico en tu alimento o bebida favorita, puedes estar tranquilo: las propiedades organolepticas estarán intactas, pero además disfrutarás de un envase ligero y resistente que no altera su contenido.