En packaging, la maquinaria de innovación no se detiene nunca, ya sea en diseño, materiales o tecnología. Una de las últimas y más interesantes es el self-sampling, un sistema especialmente indicado para cosmética y perfumería . Puede que nunca hayas oído hablar de él, pero se trata de un sistema revolucionario para muestras.
Estamos habituados a disfrutar de muestras en sobres, formatos de celulosa o en pequeñas botellas, también a los testers que encontramos en comercios para rociarnos y probar nuevas fragancias o maquillaje; pero con el self-sampling este proceso va un paso más allá.
¿Qué es el self-sampling?
El self-sampling consiste en un sistema que actúa de forma automática, dispensando pruebas o testers individuales de perfume en etiquetas perfumadas. En el caso del maquillaje, se libera el maquillaje tras accionar un botón. De este modo se accede a muestras de producto para que los usuarios prueben.
Gracias a la automatización y control del proceso por parte del usuario, no se pierde producto y este es liberado en el momento preciso, sin desvirtuar sus propiedades ni molestar a los potenciales interesados, manchándolo con restos. Se trata por tanto de un sistema más sencillo que el tradicional y que proporciona una experiencia más amigable para el consumidor.
La tecnología self sampling ha sido desarrollada y patentada por Adhespack, siendo distribuida por Sampling Innovations Europe.
El Self-sampling, el futuro en perfumería y cosmética
Este sistema está diseñado especialmente para el sector de perfumería y cosmética, si bien no se descarte que atraviese fronteras a otros productos de alto valor añadido. Por el momento, todavía no es común encontrarla en stands de perfumerías y supermercados, pero fíjate bien en los próximos meses, porque con la campaña navideña a buen seguro que el self-sampling hará su aparición, sorprendiendo a propios y extraños con este novedoso sistema de muestras.