En pleno siglo XXI, los procesos de automatización y la robótica han pasado de sonar a algo de ciencia ficción a instalarse plenamente en la industria. La cuarta revolución ya está aquí y ha golpeado con fuerza el sector del packaging. Pero, ¿en qué consiste esta cuarta revolución? ¿Cómo afectará al mundo del packaging?
Pero ojo, la cuarta revolución no viene de la mano de inventos como la máquina de vapor o el aprovechamiento del petróleo: se trata de un enfoque que responde a las demandas de los clientes aprovechando la tecnología disponible en el mercado de la forma más eficiente.
Por supuesto, internet constituye una herramienta fundamental, pero también algo tan poco «innovador» como la estadística que juega un papel fundamental en el análisis de información, lo que popularmente se conoce como «big data». Así, el software es el mejor aliado de esta nueva industria inteligente, que se adapta y ejecuta con precisión acciones para satisfacer al cliente lo más rápido y eficientemente posible. Aunque internet se lleve todos los focos, la conectividad es clave para llevar a cabo esta revolución 4.0 a través de sensores que detectan, enviando información para que sea procesada y actuar en consecuencia.
De este modo, en la revolución 4.0 todos los procesos están monitorizados mediante sistemas IT, de modo que además de automatizar al máximo en la medida de lo posible, se controlen los parámetros, no dejando nada al azar. Solo controlando cada paso es posible averiguar los puntos fuertes y débiles del proceso productivo.
En el packaging su aplicabilidad es clara y presenta innumerables ventajas, al tratarse de una industria con alta carga tecnológica y de naturaleza flexible que requiere de respuestas rápidas. La revolución ya ha comenzado y, de la mano de la ecología, se trata de la tendencia a seguir en los próximos años en un mercado cada vez más global e interconectado.
