En estos tiempos que estamos viendo, con tanta oferta, tanta variedad de productos y tanta competencia, la diferenciación es clave para lograr meter nuestro producto a la bolsa del consumidor. Y sin duda, una estupenda forma de incrementar el valor del producto es diferenciarnos mediante el envase para captar así la atención del consumidor.
El cliente tiene en el supermercado el poder de compra, el poder de tomar la decisión de meter nuestro producto en el carro de la compra. Y precisamente, el cliente debe tener frente a él un mensaje potente que nos diferencie del resto de la competencia, para facilitarle la decisión de compra en caso de que tenga duda entre nuestro producto y otro de la competencia, teniendo en cuenta que el consumidor compra en muchas ocasiones de una forma impulsiva al ser atraído por un artículo determinado.
Creando un packaging diferente, uniendo e integrando envoltorio y marca, estaremos creando un producto más facilmente posicionable en el mercado global y atractivo de cara al consumidor, demostrando de esta manera la importancia de hacer marca en el packaging integrando en el diseño conceptos como la usabilidad, la funcionalidad tanto para el cliente como para la empresa, la innovación y la sostenibilidad.
Conceptos que nos ayudarán a tener un packaging con personalidad propia, y por extensión, un producto diferente, resultado de la filosofía de adaptarse a los cambios sociales y a las necesidades del consumidor. Porque al final, el diseño vende y tener un packaging moderno y atractivo, aunque siempre en consonancia con los valores de la empresa, ayudará a que nuestra compañía sea líder en su sector.