Desde el siglo XV, la familia real británica ha proporcionado a diferentes marcas y comerciantes su autorización de “Royal Warrant of Appointment”, una señal que indica que han abastecido a la monarquía inglesa de forma continua y regular durante al menos cinco años de los últimos siete, siendo (hasta ahora) la Reina Isabel II la máxima responsable de esta concesión.
Ser proveedor de la casa real británica no solo es un hecho que permite a una marca diferenciarse del resto, si no también constituye una especie de señal de calidad para el resto de potenciales consumidores. Así, los proveedores oficiales de la difunta reina no dejan pasar la oportunidad de mostrar su condición mostrándolo al mundo mediante la integración del escudo de armas de la casa real británica tanto en el packaging o el etiquetado como en las páginas web.