Como sucede con el resto del packaging, los envases de productos alimentarios sirven para proteger la mercancía que albergan, informar al comprador y tratar de atraer su atención. No obstante, en este caso es fundamental velar por la seguridad del consumidor mediante el empleo de materiales seguros para la salud.
Pero este concepto es muy amplio y va desde embalajes que respeten el medio ambiente, como pueden ser aquellos considerados como compostables o biodegradables, los que sigan la máxima del ecodiseño en conceptos como materiales, procedimientos y optimización de recursos, pero también los encargados de proteger el alimento que recubren, aunque no necesariamente sean sostenibles medioambientalmente hablando. ¿Lo ideal? Que el packaging combinase ambas virtudes, algo que podemos encontrar en los envases biodegradables para alimentos.
Un envase es seguro para la alimentación cuando protege la integridad de su contenido, conservando sus propiedades organolépticas en la medida de lo posible y evitando que sea alterado. Por ejemplo, una botella de agua, que evita que esta coja malos olores o se corrompa gracias tanto a los materiales empleados como al sellado.
Otro buen ejemplo es el de las botellas de vino, que además de mantener el vino en óptimas condiciones durante su estancia en bodega, su tintado evita que La Luz del sol afecte a las propiedades del caldo. Otro ejemplo cotidiano son las latas, fáciles de consumir y almacenar. Tampoco podemos olvidarnos de los ‘tetra brick’, envases que combinan un interior seguro ante olores, temperatura y sabores que permite dar rienda suelta a los creativos en su exterior. Y para el cliente, además de conservar los alimentos en buenas condiciones, hay un ‘abrefácil’ que facilita su uso y manipulación.
Son ejemplos muy sencillos y consolidados de envases de productos seguros para la salud de los consumidores, pero la ciencia y tecnología avanzan para elaborar materiales y procesos todavía mejores. La idea es clara: atraer al consumidor y al mismo tiempo llevar a su casa el producto en las mejores condiciones posibles para garantizar sus correctas condiciones sanitarias.
