Hay cocineros de alto nivel, de esos que esmeran el emplatado con detalles que te dejan con la boca abierta, que se jactan de que todo lo que ponen en su plato es comestible. Y tiene su sentido. Hay quien decide llevarlo más allá y trasladarlo incluso al mundo del packaging: que todo se coma, incluido el envase. Una idea original con la que puedes sorprender a tus potenciales consumidores… y aquí tienes algunos ejemplos muy interesantes de packaging comestible funcional y delicioso.
Es el caso de KFC y su sándwich de Double Down. Este bocata de pollo frito está envuelto envuelto en un papel de arroz con tinta, ambos comestibles. Te comes tu bocata y si quieres te comes el envoltorio y así cero residuos.
Foto | A tissue journal
De hecho, no es una idea nueva ni mucho menos: hace casi 10 años que la cadena de comida rápida Bob Burger estrenó el envoltorio para hamburguesas comestible. Ojo porque tiene una explicación más allá de sostenibilidad de reducir residuos: hay personas que se quejan de que las hamburguesas, tanto que no les caben en la boca. La solución es comerlo poco a poco y por partes, pero entonces es fácil mancharse con las salsas….a no ser que uses un packaging comestible que lo envuelva. Así, ni te manchas ni pierdes bocado.
Foto | Inhabitat
Alpro es una marca conocida por sus productos veganos y qué mejor manera de apostar por una alimentación más sostenible que sus envases hechos de plantas, reduciendo así el consumo de plástico. Fabricado con semillas, la textura recuerda al pan crujiente y de hecho explican que es ideal para untar con salsas. En su interior lleva un alimento completamente vegano de nuggets de champiñón y chips.
Foto | VeganlifeMag
El packaging comestible es una forma original de envolver alimentos, manteniéndolos en óptimas condiciones, siendo igualmente atractivos gracias a las tintas también comestibles y por supuesto, con el uso de materiales orgánicos más responsables con el medio ambiente.