El packaging es una parte fundamental del proceso de manufactura y venta de un producto, siendo clave tanto en su fracaso como en su éxito: bolsas, cajas, sleeves, frascos, estuches, papeles, filmes, blisters…. No es de extrañar que en el sector del packaging encontremos gran variedad de materiales con diferentes características y precios. Después de todo, conocer las tendencias del sector y los gustos del usuario son clave para los diseñadores.
Sin embargo, te vas a sorprender porque en pleno siglo XXI el papel y el cartón son los reyes del sector del packaging. Tras el papel y el cartón, que alcanzan una nada desdeñable cuota de mercado de aproximadamente el 30% de la demanda total, les siguen el vidrio, plásticos, madera y metal. Ahora bien, ¿cómo es posible que estos dos materiales tan consolidados sigan liderando el mercado?
Muy sencillo: primero, precisamente por su carácter consolidado, algo que abre las puertas a clientes ya acostumbrados y facilita la integración tanto en procesos como en diseño, permitiendo estéticas de lo más variopintas. Además estamos ante dos materiales de origen natural que se integran de forma rápida, para sectores tan variados como la alimentación, la parafarmacia o la electrónica.
Son dos materiales que en función de su diseño ofrecen gran resistencia y durabilidad, con configuraciones y estructuras variadas para proporcionar envases a prueba originales y al mismo tiempo resistentes a traslados y manipulación.
Otra característica interesante es la completa gestión de sus residuos. Y es que aunque cada vez más abundan los envases multifuncionales para prolongar su vida útil, tanto el papel como el cartón son 100% reciclables, algo que posibilita el desarrollo de nuevos productos sin necesidad de consumir más recursos naturales.
Así que aunque las técnicas y los diseños siguen evolucionando para sorprender y mejorar las propiedades mecánicas de los materiales, son los viejos conocidos como el papel y el cartón los que prometen seguir dando qué hablar.
