Se acerca la Navidad y con ella vuelven algunos de los postres típicos de esas fechas, como turrones, mazapanes o bombones. Los Ferrero Rocher son unos de los más icónicos y, con la llegada del frío, aparecen de nuevo en los lineales de tiendas y supermercado, aunque este año llegarán más comprometidos que nunca con el medio ambiente gracias a su nuevo packaging.
En realidad, este objetivo no es nuevo, ya que allá por 2019 el Grupo Ferrero se comprometió con que para 2025 la totalidad de sus envases serían reutilizables, reciclables o compostables. Pues bien, su nueva caja con diseño ecológico es uno de los pasos para conseguirlo.
Las nuevas cajas ecológicas de Ferrero Rocher serán de 16 y 30 piezas, sus dos formatos más vendidos y, como podéis ver en la imagen que corona el post, el cambio será imperceptible para el usuario, ya que apenas hay variaciones en diseño y factor de forma. Una prueba clara más de que el salto hacia lo sostenible no está reñido con la calidad y el atractivo.
Eso sí, ahora estarán hechas de polipropileno y requerirán de menos material: se empleará un 40% de menos para elaborar la caja pequeña y un 38% menos para la caja grande. Su huella de carbón se ha reducido asimismo en un 30% menos. Además, cuando una caja se recicla, su impacto climático disminuye, lo que se traduce en una huella de carbono un 70% inferior frente a la anterior caja.
El polipropileno es un viejo conocido dentro de los plásticos más eco, pero para llegar hasta él, Ferrero junto con Milliken han probado más de 29 resinas diferentes hasta dar con la tecla.
La firma ya ha proporcionado datos de cómo el cambio afectará de forma inmediata, con un ahorro aproximado de 2.000 toneladas de plástico a escala mundial solo en el primer año. Cuando el despliegue se amplíe a toda el catálogo de Ferrero Rocher, el ahorro será de 10.000 toneladas.