El etiquetado es clave para informar al potencial consumidor de las características de tu producto: procesos de fabricación, ingredientes, certificaciones, consejos de consumo… pero también constituye una carta blanca para demostrar tu creatividad con texturas, tipografías, formas y colores diferentes… incluso jugando con el volumen como en el caso de las etiquetas en Braille para llegar a todo el mundo. O para transmitir una sensación de calidad, como en el caso de las etiquetas Premium.
Aunque pueden emplearse en cualquier producto, las etiquetas Premium tienen una acogida especialmente buena en alimentación y bebidas, donde un buen ejemplo lo constituyen las etiquetas en el sector del vino. Es decir, el empleo de etiquetas premium en un mercado premium como el vino, donde España es una potencia mundial. En un mundo en el que es tan importante diferenciarse de la competencia, transmitir los valores de marca y las sensaciones producidas al consumirlo, este sencillo elemento del packaging puede ser clave para lograrlo.
Por supuesto, el premium packaging no solo tiene cabida en alimentación y bebidas y puede hacerse extensivo a otros sectores donde se emplea embalajes de lujo, como por ejemplo en cosmética y parafarmacia. O directamente en el lujo, con joyería, prendas y complementos. Si la idea es lanzar un producto orientado al mercado más exclusivo, es fundamental cuidar los detalles mediante la personalización de producto en todas las áreas del packaging.
Curiosamente, la diferencia entre un packaging estándar y un packaging premium no tiene por qué traducirse en una diferencia sustancial de coste. Muchas veces es simplemente es más una cuestión de diseño que de precio. No obstante, a pesar de la aparente sencillez de una etiqueta, las posibilidades del etiquetado dentro del packaging de lujo son asombrosas. Si crees que tu producto merece un vip packaging, consulta a tu fabricante de etiquetas para hacerlo realidad.