El sleeve sigue siendo una de las mejores opciones en la personalización de packaging, gracias a su capacidad de adaptación tanto a técnicas de impresión y diseños como a productos, ya que por ejemplo en el embotellado puede situarse en torno a toda la superficie, es decir, cubriendo los 360 grados mediante la aplicación de calor, aire o vapor durante el proceso.
De ese modo, en lugar de poner la clásica etiqueta sobre botellas o envases, con el sleeve se puede vestir completamente el producto, dotándole de una personalidad propia y única. Así es posible diferenciarlos para conformar colecciones diferentes, ofrecer una imagen especial en situaciones estacionales como Navidad o San Valentin, creando colecciones o diferenciando entre un tipo u otro. Con los sleeves las posibilidades son amplias, ya que se puede jugar con texturas y con una gran diversidad de colores.
A pesar de su presencia en el mercado y de tratarse de un tipo de producto consolidado dentro del packaging, la innovación sigue presente en el sleeve con nuevas técnicas. Sin ir más lejos, situando el etiquetado sobre el propio sleeve. Y es que una de las últimas novedades en el packaging son las etiquetas impresas con tecnología digital y el sleeve, es decir, permitiendo incorporar información como ingredientes, datos de conservación o cualquier otra información de forma diferenciada en forma de etiqueta
Sleeves y blisters, dos soluciones de packaging diferentes, versátiles y populares
Junto con los blister, los sleeves constituyen una de los tipos de envases más populares y a pesar de ello todavía queda un mundo de posibilidades por explorar. Aunque es frecuente verlos en alimentación y bebidas o en parafarmacia y estética, este packaging puede aplicarse a productos diversos y seguir sorprendiendo gracias a sus opciones. Si estás pensando en dar un cambio de imagen a tu producto, los blister pueden ser la solución y como ves, ya es posible añadirle etiquetado especial.