Hay muchos estilos de letra, las tipografías son tantas seguramente como sentimientos, como emociones, como ideas que queremos transmitir, por lo que elegir una tipografía u otra es una elección que no sólo queda sujeta al gusto sino al mensaje, no queda sujeta a una moda, sino a un tipo de consumidor.
Encontrar la tipografía adecuada puede ser un trabajo durísimo, gracias a Dios, normalmente se cuenta con unos estudios o con una experiencia para ir preseleccionando grupos o estilos, partimos de una idea que va acotando poco a poco la tipografía a elegir, y si además eres muy bueno y tienes estilo, paciencia y las ideas muy claras, te puedes atrever a hacerte tu propia tipografía para ese proyecto, pero vamos, esto rara vez ocurre, normalmente eso cuesta mucho tiempo, lo que de cara a la marca, es muy difícil que se lo pueda permitir, pero a veces ocurre.
Desde luego, un buen trabajo quedará arruinado si la elección de la tipografía es la incorrecta. Además de la tipografía elegida hay otros factores que pueden hacer fracasar, el tamaño de la letra, los espaciados, los interlineados… todo el conjunto también hará que sea lo correcto o un fracaso aunque el tipo de letra sea acertado.
Gran parte del mensaje nos lo va a dar la tipografía, partiendo de la legibilidad, hay que entender que aquellos que se paren a leer le van a entrar las letras por los ojos, quizá no reparen en nada más, mas que en lo que lee, y el tipo de letra le mostrará un mensaje mas completo.