El Covid-19 lo ha cambiado todo y el mundo del packaging no es una excepción. Dentro de las tendencias para envasado en 2021 se ha colado de forma inevitable la necesidad de diseñar y producir packaging para la situación que nos ha tocado vivir.
Con la distancia de seguridad como norma en nuestro día a día, el e-commerce y la entrega a domicilio se ha disparado, de ahí la necesidad de dar una vuelta al diseño y la funcionalidad del packaging para envíos, buscando no solo proteger el producto que transportan, sino también adaptarlo a canales de distribución y optimizar dimensiones y uso de materiales. No es solo una cuestión de sostenibilidad, sino también para aprovechar al máximo la capacidad de almacenaje y logística a la hora de repartirlos. Si además tenemos en cuenta el alto grado de la automatización del sector logístico, las modificaciones llegan con el objetivo de lograr una uniformidad de modo que este proceso sea más ágil y estandarizado.
Además de la distancia de seguridad, estos meses se están extremando las medidas de higiene para minimizar la exposición a posibles contagios. Es aquí donde entran en juego las monodosis, un formato que también ha sufrido un espectacular aumento en el uso. Sirva como ejemplo los envases alimentarios para condimentos, pero también productos de limpieza. El formato monodosis representa un reto a una sociedad y sector cada vez más preocupado por el medio ambiente a causa de los residuos generados, de ahí que sea tan importante apostar por envases monodosis hechos de materiales biodegradables, procedentes de material reciclado y reciclables.
El desafío es lograr envases que sigan cumpliendo las máximas de la sostenibilidad sin perder de vista la situación actual gracias al ecodiseño, la búsqueda de materiales alternativos, simplificación de estructuras para reducir materiales, todo ello sin perder el atractivo propio de un envoltorio.