Afortunadamente la preocupación por el medio ambiente cada vez es mayor en la sociedad. Esto se deja notar en gestos tan evidentes como el reciclado en el hogar y el interés por el packaging que envuelven los productos que compramos y consumimos. Está claro que desde un punto de vista medioambiental, cuanto menos envases haya, mejor. De este modo, se reduce el consumo de recursos. No obstante, a veces es inevitable hacer uso de ellos.
Así, con la mejor intención del mundo echamos un ojo a las etiquetas y descubrimos materiales como los plásticos degradables, biodegradables y compostables. ¿Qué diferencia hay entre unos y otros? ¿Cuál es mejor para el medio ambiente?
¿Qué diferencia hay entre compostable, degradable y biodegradable?
Partamos de la base de que algo degradable es algo que se rompe. Así que teóricamente todo el plástico es degradable porque puede romperse: no hace falta más que darle con un martillo. O usar un ácido.
Ahora bien, cuando algo es biodegradable significa que puede ser degradado por el metabolismo de los microorganismos. O lo que es lo mismo, que se deshace por acción del medio ambiente. En realidad, solo los bioplásticos pueden ser biodegradables completamente. El plástico con base de petróleo se descompone en una arena fina que no puede ser digerido completamente, al menos hasta que no pasen muchísimos años, tantos que todavía no se ha encontrado la fecha. De ahí que sea un gran problema.
Por otro lado, los plásticos compostables son biodegradables por definición, pero es que además lo hacen en un periodo de tiempo razonable y bajo ciertas condiciones, lo que se conoce como compostaje., un interesante ciclo en el que nuestros residuos vuelven a la tierra como abono en unas semanas .
Precisamente son estos los más interesantes para el medio ambiente porque ofrecen una solución al problema de la gran cantidad de plásticos generados por la humanidad.