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A veces las apariencias, engañan. Si te importa el medio ambiente y quieres que tus elecciones de consumo sean lo más sostenibles que puedan tanto por dentro como por fuera, hoy te damos algunos consejos para descubrir si el packaging de un producto es respetuoso con el medio ambiente.
- El papel y el cartón son una garantía de que su reciclaje posterior es posible con total seguridad. Porque el papel y el cartón no solo son materiales consolidados que destacan por sus propiedades en este escenario de uso, sino que posibilidad de ser reciclado y reutilizado es un plus.
- Si es papel y cartón, echa un vistazo a las certificaciones. Aunque ya hemos visto que son materiales que nos permiten respirar con tranquilidad en cuanto a la gestión de los residuos, también es importante conocer su origen. En este sentido, si cuenta con las certificaciones internacionales FSC y PEFC significará que no ha habido una tala masiva de árboles ni se han afectado bosques y sus respectivos ecosistemas. Busca la certificación en el propio packaging.
- Si es plástico, que sea compostable y biodegradable, lo que implica que como residuos en un periodo de tiempo relativamente corto, dejará de ser un envase para volver a la tierra de forma inocua. Te sorprenderá saber la calidad de este tipo de plásticos para diferentes tipos de usos.
- Que sea reutilizable. Darle una vuelta al packaging para encontrarle una segunda vida útil hace que la inversión material, económica y ambiental tenga más sentido, ya que cuando se acabe su vida como embalaje, podrá seguir utilizándose para otras cosas.
- Cuanto menos packaging, mejor. Irónicamente hay marcas que se jactan de cuidar del medio ambiente cuando sus productos vienen envueltos en cajas más grandes de lo necesario y capas extra, un gasto innecesario de material que denota una falta de sensibilidad hacia el entorno.
Portada | Foto de Tarah Dane en Unsplash
