Hace algo más de un año que tenemos que las bolsas de los supermercados no son gratis, teniendo que pedirlas y pagarlas si no nos llevamos la bolsa de la compra desde casa. Una medida que llegó desde Europa con el objetivo de reducir el consumo de plásticos apuntando donde más duele: al bolsillo. Pero esta medida no deja de ser un escalón más hasta llegar a su misión final: la retirada total de las bolsas de plástico. Y es que las bolsas de plástico tal y como las conocemos tienen, literalmente, los días contados.
Además ya hay fecha: será en 2021 cuando todas las bolsas de plástico denominadas como ligeras (entre 15 micras y 50) y muy ligeras (menos de 15 micras) no biodegradables queden fuera del mercado en países como España, Francia e Italia, los más ambiciosos de Europa en este sentido.
Como explicó en su momento la ministra de medio ambiente, el 90% de las bolsas de plásticos se usan una sola vez, con un uso de entre 12 y 25 minutos cuando luego tardan más de 100 años en descomponerse». Una auténtica barbaridad. El plástico no biodegradable es una lacra para el medio ambiente, y lo peor es que además terminan en el mar cada año entre 5 y 13 millones de toneladas de plásticos que afecta también a la pesca y el turismo.
El cambio es ambicioso pero los avances logrados en poco tiempo avalan la medida: España ha sido capaz de reducir el consumo de las bolsas de plástico hasta la mitad, desde las 317 bolsas por habitante en el año 2007 a 144 bolsas en 2014. Un consumo más eficiente es posible y necesario.
Hay motivos para ser optimistas y alternativas en forma de bolsas biodegradables resistentes para usar en nuestro día a día. No obstante, es necesario que todos hagamos un esfuerzo para minimizar el consumo de plásticos, optimizando el uso de recursos. El medio ambiente y la sociedad lo agradecerán.