El proceso creativo es algo único para cada producto y a veces, lo que funciona para un ítem, no es garantía de éxito para otro similar. Obviamente, en el packaging las ideas son importantes, pero tan importante como una buena idea es saber llevarla a la realidad. Por ello, si la presentación de algo siempre es clave para que sea un éxito, cuando hablamos de diseño, lo es aún más.
Nuestras presentaciones hablan de nuestro proceso creativo, del producto en sí, nuestro estilo y nuestro potencial. Por eso son tan importantes los mock-ups o mockups. Y es que dentro del proceso de creación de la imagen de marca, algo que afecta directamente al packaging y su diseño, se encuentran los Mock-ups. Esta denominación se refiere a las maquetas o modelos a escala de un diseño de producto que sirve para mostrar al cliente cómo podría ser el diseño, mostrar el proceso y recibir el feedback pertinente.
Los mockups pueden abarcar desde logotipos, tarjetas, folletos, webs… en general, elementos de diseño dentro del proceso creativo. Su elaboración permite el ahorro en materiales, impresión y montajes al plasmar la idea en formatos tan variados como el papel, vinilos, interfaces, rótulos… vamos, que hay mock-ups para todos los gustos, formas y tamaños.
El uso de mockups constituye algo típico para las agencias por la serie de ventajas que conllevan: aportan valor añadido a los diseños, materializan las ideas haciéndolas reales, proporcionan detalles y generan empatía al poder experimentar algo tangible.
Puede que el cliente tenga una idea inicial, pero todo el procedimiento de adaptarla a las tendencias y al diseño es algo particular, único. Y aunque parezca sencillo, no está al alcance de cualquiera el poder transmitir lo que se busca. Los Mock-ups nos ayudan a poder conectar y trabajar conjuntamente para hacer los deseos del cliente realidad, y que además esa realidad se convierta en un éxito de ventas que impulse una marca.
